discurso inaugural de la bienal 2024

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Convergencia(s) para una Educación Nueva nació en el 2021, con motivo del centenario del primer congreso en el que se fundó la Liga Internacional para la Nueva Educación. Después de dos primeros encuentros en 2017 y 2019 en Poitiers, nos dimos cuenta de que teníamos que unirnos para defender, promover y desarrollar la Educación Nueva en nuestras sociedades.

 

Después de la tercera Bienal de 2022 en Bruselas, creamos este colectivo. A los 8 movimientos que iniciaron la Bienal, se juntaron otras asociaciones. Así que aquí estamos de nuevo para esta 4ª Bienal, con lo que nos une y también con lo que nos hace diferentes. Y por eso precisamente, por ser distint@s y unid@s, le pedimos a cada un@ de los movimientos aquí presentes que contribuya de una forma u otra a este momento.

 

Ahora, nos toca, inspirarnos de los escritos, los pensamientos, las herramientas elaboradas y los intercambios que han construido la Nueva Educación durante más de un siglo, pero también, nos toca reinventarnos constantemente. En 2022, para poder crear una base común actualizada, fuimos coautores del Manifiesto llamado"El mundo que queremos, los valores que defendemos". Este manifiesto ha sido editado de nuevo para esta Bienal y cada uno y una lo tiene.

Hoy, en 2024, dos años después de la 3a Bienal de Bruselas, nos damos cuenta de que, si bien esta base común es una riqueza, también debemos enfrentarnos con un mundo que no sigue exactamente el rumbo que esperábamos.

 

Primero, pensamos que es necesario hacer un balance de la situación mundial que como ya lo sabemos todos y todas, no anda nada bien, sobre todo tomando en cuenta que empezamos a pensar este discurso de apertura a finales de junio, un día después de las elecciones europeas en las que la extrema derecha obtuvo un resultado muy significativo.

Durante las diversas reuniones del comité directivo de Convergencia(s), nuestras reflexiones nos llevaron a pensar en 5 ejes de trabajo para esta Bienal. Porque aunque no seamos un movimiento político, somos un movimiento que pretende, entre otras cosas, tomar posiciones pedagógicas necesariamente con carácter "político" para poder incidir en el mundo. Estos 5 ejes se desarollarán en los diversos intercambios y debates durante estos 4 días y permitirán poder construir juntos y juntas nuestros pensamientos, nuestras ideas, nuestras decisiones.

En primer lugar, está el tema del estado del planeta, con el cambio climático. Algunos de los y las jóvenes nos dan esperanza porque se movilizan mediante acciones innovadoras. Pero la falta de acción de los gobiernos así como la presión de los lobbies de las grandes empresas hacen que no se ponga nada concreto en marcha a escala global para luchar contra la degradación de nuestro medio ambiente y por un planeta donde se puede vivir.

Por el mundo entero, nos preocupan los diferentes resultados de las elecciones, en muchos países. Enfrentamos el aumento de las extremas derechas y de las ideas reaccionarias. Otra vez, podemos esperar gracias a una parte de la juventud, por su reflexión y la creación de nuevas herramientas para luchar contra las diferentes dominaciones (sexismo, racismo, antisemitismo, homofobia, transfobia, discriminación por discapacidad etc.). También nos encontramos impotentes ante los genocidios, estamos cada vez más enfrentad@s con retrocesos en cuanto a los derechos de las niñas y las mujeres, en cuanto a las discriminaciones e incluso a la criminalización de las personas LGTBIQ+, en cuanto a las represiones políticas y sindicales, en cuanto a la negación de la democracia...

Lo que nos llevó al segundo eje de trabajo: reflexionar sobre la Educación Nueva frente a gobiernos cada vez más autoritarios.

 

Las diversas políticas liberales y la destrucción de los servicios públicos que encontramos en varios países están provocando un aumento de la pobreza. Desde hace más de un siglo y del inicio de la Nueva Educación, la democratización de la escuela les permitió a muchas generaciones acceder a una escolarización "más completa". Sin embargo, las trayectorias educativas del alumnado no siempre se disocia del contexto socioeconómico en el que vive. El proyecto de educación emancipatoria que proponemos no está en absoluto compartida por numerosos gobiernos, al contrario reducen cada vez más los recursos destinados al sector educativo; de aquí a pensar que el fracaso escolar de una parte de la población es elegido.

La disminución del acceso a los servicios de salud también tiene un impacto en el fracaso escolar. La falta de recursos destinados a la medicina escolar, el trabajo social, la psiquiatría y el apoyo a los estudiantes con discapacidades tiene un impacto en el éxito académico. Nos alegran los avances logrados para pensar en la educación de niños y jóvenes discapacitados o enfermos de otra manera que encerrándolos. Pero la inclusión sigue siendo una fantasía, sin medios para lograrla y, aunque varía de un país a otro, no se está haciendo mucho para pensar en una escuela verdaderamente inclusiva en la que todos los niñ@s y jóvenes, válid@s o no, tengan su lugar. Esto nos lleva a nuestra tercera línea de trabajo, la Educación Nueva frente al fracaso escolar socialmente marcado.

 

Nuestro cuarto eje está en línea directa con el tercero. La especialización de los cursos, la selección y clasificación de los alumn@s, que se hacen en un marco de reproducción social, encierran e impiden la comprensión de un mundo complejo a la vez que facilitan el respliegue y la dominación. Nos enfrentamos a instituciones que quieren moldear a niñ@s, jóvenes y adult@s para que sirvan mejor al sistema dominante, dejando muy poco espacio para la consideración de la diversidad y para las personas como actor@s y tomador@s de decisiones. Esta observación también está vinculada al auge del individualismo en detrimento de lo colectivo. Por lo tanto, la educación debe ser pensada globalmente con una complementaridad entre l@s diferentes actor@s que permita a cada individuo construirse a sí mismo. De acuerdo con su patrimonio histórico, esta educación también debe ser pensada como una educación popular donde el "hacer juntos" conduce al "vivir juntos", donde el individuo alimenta al colectivo y lo colectivo alimenta al individuo. Esto conduce, como cuarta línea de trabajo, a una reflexión sobre qué es la Educación Global, la Educación Popular en conexión con la Educación Nueva .

Si el niño no tiene la oportunidad de ser actor en su aprendizaje y en su tiempo libre, lo mismo ocurre con los profesionales de la educación. El descuido de la formación y la creación de ejecutor@s reducid@s a técnic@s que a veces no cuestionan el sentido de su acción es una realidad. Esto se relaciona con la cuestión del debilitamiento de la colectividad en favor del individualisme, con un enfoque al desarrollo personal como objetivo de vida. Este "desarrollo personal" inunda las escuelas y las estructuras privadas que se pretenden de pedagogía alternativa. Sin entrar en un debate sobre lo privado y lo público, que se plantea en términos diferentes de un país a otro, denunciamos estas escuelas "comerciales" que responden a una lógica de selección y promoción de "hereder@s". Los padres pagan bastante dinero por sus servicios y, a cambio, orientan a l@s hij@s para que integren al grupo de alt@s ejecutiv@s en economía y política. Denunciamos también aquellos sistemas educativos que, en algunos estados, son entregados a puros inversores privados que buscan su propio beneficio y no muestran interés en el desarrollo y la emancipación de las poblaciones a través de su educación. Además, al tener una visión internacional de la educación, en un contexto de guerra o incluso de genocidio, es imposible no pensar en la educación para la paz y la justicia. Esto nos lleva a la última línea de reflexión durante esta Bienal, que es la cuestión de la privatización, la mercantilización de la educación y cómo volver a poner la cooperación y el internacionalismo centrales en la educación.

 

Una vez que hemos sido críticos con nuestros gobiernos, con el peso de los lobbies y con las ideas de la derecha y de la extrema derecha, nos sigue pareciendo importante mirarnos críticamente a nosotr@s mism@s e identificar lo que nos corresponde de responsabilidad en la situación que acabamos de describir. Porque si queremos tomar medidas concretas en educación y formación, también debemos entender los mecanismos que ponemos en marcha o no para cambiar lo que criticamos en nuestras sociedades, para poder luchar de manera más eficaz. En este sentido, se trata de mostrar el callejón sin salida al que nos han llevado las lógicas neoliberales y productivistas, así como su antinomia con las exigencias ecológicas. No es posible pensar de nuevo seriamente nuestro proyecto educativo sin pensar al mismo tiempo el mundo hacia el que queremos avanzar. Sólo con este nuevo "proyecto político", una vez establecido y compartido, podremos tomar realmente en serio los temas de la ciudadanía, la emancipación individual y colectiva, la democracia participativa, etc. y muchas otras cosas que ahora son borradas por el predominio de los temas de empleabilidad de una escuela, al servicio del actual orden económico de una sociedad donde el futuro que se promete a la juventud es el de una fuerza de trabajo que puede ser explotada a voluntad o de reclutamiento para prepararse para sus guerras. Por ser los fervientes defensores de una pedagogía crítica y por luchar por otro futuro para los jóvenes, debemos aprovechar esta bienal para enriquecer nuestras reflexiones, compartir nuestras preocupaciones y plantearnos un plan de batalla que esté a la altura de lo que está en juego.

Podemos cuestionarnos, sobre nuestras divisiones políticas, sindicales, pedagógicas, ... Si debemos respetar nuestras diferencias, no podemos darnos el lujo de dividirnos en este momento. Nuestros desacuerdos son necesarios. Sin embargo, no deben ser obstáculos, sino fuerzas en nuestros debates a fin de hacerlos crecer y conducir a una base común. Podemos cuestionarnos, sobre nuestra resistencia, que ciertamente es insuficiente porque nosotr@s mism@s estamos atrapad@s en esta sociedad que promueve el individualismo en beneficio de la colectividad. Por un gran número de razones, y a menudo simplemente por nuestra seguridad y salud, a veces es más fácil cumplir con las exigencias de nuestros superiores aunque no estemos de acuerdo con ellas.

Podemos cuestionar nuestro papel como profesionales en el maltrato institucional o nuestra contribución, incluso involuntaria, a los mecanismos de selección. Incapaces de hacer lo mejor que podemos, tratamos de hacer lo menos peor, pero finalmente poquito a poco terminamos en situaciones que son cada vez menos aceptables.

Podemos interrogarnos, sobre nuestro papel como educador@s que, si bien abogan por la formación del pensamiento crítico, del valor emancipatorio del conocimiento, de un sistema educativo nacional que se fija la misión de construir ciudadan@s autónom@s y responsables, pero que, sin embargo, lleva a demasiad@s de nuestr@s antigu@s alumn@s a votar a la extrema derecha, ¿Qué tienen y qué han aprendido de los años que han pasado con nosotr@s?

Podemos interrogarnos, sobre nuestros lugares, a menudo muy desiguales, en los diferentes territorios de nuestros países e incluso de nuestro planeta. Ya sea que estés en el centro de una ciudad, en el campo, en los suburbios, en un campo de refugiados, ya sea que estés en África, América, Europa, Asia, el Océano Índico, Oceanía... Cada uno de estos lugares debe ser capaz de convertirse en un lugar de emancipación para los niñ@s y jóvenes, para los adult@s que viven allí.

Podemos cuestionar la inadecuación de algunos de nuestros discursos, que a veces están demasiado alejados de las preocupaciones de l@s niñ@s y sus familias. La pobreza va aumentando por todo el mundo. Cuando nos enfrentamos con personas que no saben lo que van a vivir mañana, la perspectiva de un futuro es complicada de construir y nuestros discursos utópicos pueden parecer fuera de lugar. Por lo tanto, parece necesario combinar nuestras luchas con las de las familias más precarias que exigen papeles y viviendas para tener derecho a vivir dignamente en cualquier territorio.

Podemos interrogarnos a nosotr@s mism@s, sobre nuestras formaciones y reuniones que a menudo no se abren a la alteridad. Para much@s de nosotr@s, nuestras asociaciones y movimientos están experimentando una disminución en el número de activistas. Los profesionales de la educación y la formación no son necesariamente hermétic@s a lo que defendemos, pero no podemos convencerl@s de que den el paso.

Podemos cuestionar nuestra oposición, a veces demasiado firme, a las nuevas tecnologías que nos alejan de la realidad de los niñ@s y jóvenes. A través de esta reflexión, también está en juego la cuestión del saber legítimo, que sería el de la escuela y el de otro saber que pasaría por medios que no controlamos y a los que nos oponemos, y muy a menudo con razón. Pero a través de esta posición, estamos entrando en una concepción de la educación de arriba hacia abajo y dominante. Nuestro papel como educadores es, por tanto, más bien el de poder acompañar a los niñ@s, jóvenes y adult@s hacia una mirada crítica y emancipadora de la cual también nos podemos nutrir .

Podemos cuestionar nuestras dificultades para pensar que la escuela ya no es necesariamente el lugar principal para adquirir los conocimientos que se consideran necesarios para comprender y habitar el mundo. El peso de la escuela en la adquisición de las claves para habitar un mundo cada vez más complejo no es necesariamente el mismo en la actualidad. Y correlativamente, en el peso que le damos a los cuerpos intermedios de la sociedad civil y al proceso de educación popular compartida que allí se puede desarrollar.

 

Una vez dicho todo esto, ¿qué hacer? Primero resistir. Por supuesto, hay muchas maneras. Resistir es asumir nuestras posiciones en las acciones que llevamos a cabo y en la visión de educación y formación que defendemos. Resistir también es a veces también desobedecer. Resistir también significa crear un colectivo, para que no estemos solos frente a nuestr@s adversari@s. Y para prepararse para las batallas generales que se acercan. Pero no podemos contentarnos con estar en la oposición. También tenemos que recuperar el control de esta batalla de ideas, movilizándonos, construyendo nuestro proyecto de una escuela y una sociedad verdaderamente emancipadoras. Sacando fuerza e inspiración de las acciones que much@s de nosotr@s estamos tratando de desarrollar y creando solidaridad entre nosotr@s para apoyar nuestras acciones reales. Y por eso estamos junt@s en esta Bienal. Y, entre todos los intercambios que vamos a tener, parece necesario saber qué es lo que realmente queremos. ¿Qué proyecto político global queremos defender, partiendo de nuestro punto de vista, que es el de l@s educador@s?

Si bien hemos iniciado un importante trabajo de puesta en común, en los últimos años han surgido otros colectivos con la voluntad de proponer una visión sistémica de los males que padecen los sistemas educativos y que exigen ser "repensados", "reconstruidos" y "refundados" sobre bases cercanas a los valores, principios y planteamientos que defiende la Educación Nueva. ¿No sería nuestro interés acercarnos a estos Colectivos para enriquecernos mutuamente con nuestros respectivos aportes y así ganar audiencia con los actor@s del medio y las autoridades públicas? Esto incluye iniciativas de vinculación y creación de redes a nivel local, nacional e internacional. Esto es lo que estamos tratando de lograr con Convergencia(s) y nuevamente con motivo de esta Bienal.

Con vistas a la transformación de la educación y la formación, se trata de encontrar la manera de pensar en la articulación dinámica entre la más amplia convergencia, a nivel nacional e internacional, de ideas para el cambio en el campo de la educación, por un lado, y, por el otro, los logros que, a nivel local, inscriben el cambio en el terreno y lo hacen palpable a través de la creatividad. ¿La inventiva de todos los actores de un territorio?

Para poder defender nuestras ideas, debemos darnos a escuchar, publicando y comunicándo de una manera más uniforme para infundir nuestras ideas, principios y posiciones para una revolución educativa. Por lo tanto, es importante pensar en estos medios de comunicación. Si bien hemos mencionado nuestra visión a veces demasiado crítica de las nuevas tecnologías, debemos pensar en el lugar que les dan las nuevas generaciones y cómo se pueden utilizar para actuar en el mundo.

 

También nos parece importante poner en común nuestras herramientas. Éstas deben ser complementarias en interés de la educación global, popular y nueva. Deben permitir a los niñ@s, jóvenes y adult@s, pero también a nosotr@s como profesionales, analizar el mundo que nos rodea, conocer las alternativas y adoptar las más eficaces a largo plazo y crear los instrumentos para implementarlas.

Esto implica cuestionar lo que llamamos alternativas: ¿se deben llevar a cabo fuera de la sociedad o están presentes en las diversas instituciones? ¿Cuál puede ser el lugar de estas alternativas en los lugares de decisión para presionar a los gobiernos para que garanticen que la educación y la formación siguen siendo un bien común y un derecho universal, accesible a todas las personas fuera del medio escolar, independientemente de sus capacidades socioeconómicas?

Este proyecto político de actualización y defensa de la educación nueva para cambiar nuestras sociedades, debe, en su principal objetivo de emancipación, tener en cuenta lo que viene a cuestionar el poder establecido y el impacto de este poder en el medio ambiente y en las relaciones de dominación entre individuos y grupos de individuos. Esta Bienal no está fuera de esta sociedad. Estas relaciones de dominación (sexistas, racistas, glotofóbicas, capacitistas, homofóbicas, transfóbicas, etc.) también deben ser cuestionadas en nuestras discusiones y comportamientos entre nosotr@s, durante los tiempos formales de talleres y debates pero también en los informales.

 

Esta Bienal reúne a l@s miembr@s de todos nuestros movimientos. No es un mercado abierto donde todos y cada un@ de nosotr@s estaríamos allí para "vender" nuestras prácticas. Se trata de reunirnos durante estos 4 días para discutir, intercambiar, confrontar nuestros diferentes puntos de vista, tratar de enriquecer o incluso construir junt@s nuestras prácticas para poder sacar a luz lo que nos une y lo que nos hace un colectivo que converge hacia un objetivo común que es la resistencia por y para la Educación Nueva. Y así, hacerla nuestro proyecto para la sociedad.

 

Una vez establecido todo esto, os deseamos muchos intercambios, trabajos, encuentros, reflexiones, durante estos 4 días de la Bienal.